Diario de la Doctora Miss Love: ¡Ideas navideñas para una noche en pareja!

¿Por qué será que en Navidad nos damos más cuenta de la pareja? En la época previa a la Navidad mi consultorio siempre está lleno y siempre es por lo mismo: parejas que piensan que el otro no las quiere, o que se sienten que han despreciado a sus parejas y buscan que lo arregle.

Muchos me confunden con consejera matrimonial, cuando no lo soy, pero hay algunos casos que, después de ahondar, me doy cuenta que sí puedo resolverlos (a otros simplemente los desvío a un consultor matrimonial que es quien puede ayudar).

Pero, centrándonos en mis casos, os diré que todos ellos carecen de algo: información sexual. Si bien ahora en los colegios e institutos se habla de sexualidad, quizá sea porque los mayores tenemos dificultades de hablar de esos temas con los niños, hace que les expliquemos mal las cosas. Y claro, después pasa lo que pasa.

La sexualidad, aunque se diga que ahora es mucho más abierta, lo cierto es que no. Yo no lo veo así. Es verdad que se puede hablar de manera más libre que hace cincuenta años, pero aún nos queda mucho por aprender. Sigue leyendo

Diario de la Doctora Miss Love: Dime de qué presumes… y te diré lo idiota que eres

Uff, ahora mismo, si te digo la verdad, podría hacer arder a alguien con solo mirarlo. Estoy que trino y la rabia que me ha dado la persona que ha estado aquí ahora mismo ha hecho que hasta la persona que se encarga de coger las citas me pida diez minutos para salir corriendo de aquí. Y no es para menos.

Pero antes de que me digas que no entiendes nada, te lo voy a explicar. Como sabes, cada día recibo a diferentes pacientes. Algunos vienen con un motivo justificado. Otros no saben lo que les pasa e intentan que les digas o les asesores para saber qué hacer. Otros buscan ayuda. Y otros vienen parece que para tocar las “pelotas” y eso que no tengo.

Este paciente llevaba tres sesiones conmigo y, sinceramente, ahora entiendo por qué me lo había pasado mi compañera de trabajo. ¡Es insoportable! Ella tiene un problema en las relaciones de pareja. Lleva varios novios pero no consigue mantenerlos más de seis meses y claro, sus amigas empezaron a decirle que quizás era por algo que ella hacía, que intentara ir a un psicólogo a que le dijeran algo. Y ahí que fue. Sigue leyendo

Diario de la Doctora Miss Love: Buscando al príncipe azul desesperadamente

¡Qué daño ha hecho Disney! Lo sigo diciendo aún a mis años, y porque en televisión, y en dvd, se siguen viendo y vendiendo las películas en las que las mujeres esperan a un príncipe azul. ¡Y de esos no hay!

Ainss, hoy estoy un poco cabreada porque hay una chica que viene a mi consulta. No tiene los treinta años y ya ha estado deprimida por culpa de las relaciones sexuales. ¿Y por qué? Porque busca al príncipe azul desesperadamente y no se da cuenta de que eso solo existen en las novelas y en las películas y series, la realidad es otra completamente distinta.

A ver, no estoy diciendo que no haya príncipes azules en la vida real. Pero hay poquísimos y lo que más te encuentras son sapos verdes. Por eso es que es imposible que una chica pueda encontrarlo tan fácilmente.

Y ahora me dirás, ¿qué pasa porque lo busque? Pues nada, y todo. Cuando eres una mujer que busca un ideal de hombre y ves que no lo hay, ¿qué haces? Te deprimes, piensas que no vas a encontrar el amor, piensas que el problema eres tú y, al final, a quien le echas la culpa de todo es a ti misma. Y eso no me gusta nada. Sigue leyendo

Diario de la Doctora Miss Love: Los miedos del sexo cuando se está embarazada

¿Sabéis lo que es tener de paciente a una embarazada? Hace unas semanas me dijo mi secretaria que tenía una cita con una mujer que había llamado algo desesperada. Al principio pensé que era algo habitual, porque muchas veces pasa, pero cuando llegué y vi que estaba embarazada de siete meses, me extrañó mucho.

No sé, el test que le pasé era correcto, a simple vista no venía qué problema podía tener pues había una relación sólida, iba a ser padres por primera vez, y además veía que ella lo quería, y que confiaba en que él también la amaba.

Así que, cuando se sentó, le pregunté directamente cuál era el problema. Y me quedé sin palabras.

El problema de esta mujer era el miedo que le tenía al sexo en su estado.

No sabía si echarme a reír o empatizar con ella y pensar que muchas mujeres pasan por esos miedos. Pero, claro, normalmente eso se trata con el médico que te ve cada poco tiempo para ver cómo evoluciona el embarazo. Fue después cuando descubrí que, la persona que revisaba su embarazo, era su suegro. ¿Cómo iba a preguntarle algo así al padre de su marido? Ja, ja, ja, por eso prefirió buscar a una psicóloga relacionada en el sexo, para aclarar dudas y miedos que tenía. Sigue leyendo

Diario de la Doctora Miss Love: Me pongo pero no me pone

¿Alguna vez te has sentido como el título? ¿Alguna vez te has sentido excitada por algo pero, a la hora de la verdad, has perdido la excitación? Esto, aunque no lo creas, es algo muy habitual. Y un motivo por el que las parejas rompen.

Hace unos meses tuve en mi consulta una pareja que me decía eso mismo. La mujer se excitaba rápidamente, ya fuera porque la tocara su marido, porque viera alguna escena, o simplemente porque imaginara algo. El problema venía cuando miraba a su marido y… ploff, se le iba la excitación, o ya no le apetecía seguir. Y claro, dejaba al pobre marido que no podía aguantarse.

Lo primero que pensé fue en compadecerme del marido. El pobre tenía que estar pasándolo mal porque hablamos de una relación que, por un motivo o por otro, no pueden consumar bien. Por eso les pedí que me dijeran en lo que pensaban cuando estaban manteniendo relaciones sexuales. Sigue leyendo

Diario de la Doctora Miss Love: Mi pareja quiere sexo estando con la regla, ¿qué hago?

El otro día una de mis amigas me llamó por teléfono apurada. Y claro, como vi que no había forma de sacarle nada a través de la línea de teléfono, le dije de quedar (cosa que aceptó). Y después de un par de cafés, me confesó lo que había pasado.

Su novio y ella habían quedado unos días atrás y habían estado en su casa. Pero como ella estaba con la regla, sabía que, lo del sexo, quedaba descartado. Hasta que la cosa subió un poco y su novio, cuando ella le dijo que no podía por el periodo, se puso aún más burro. ¡Y lo hicieron!

Ya, ya sé que no es para tanto, pero si viérais a mi amiga y lo colorada que estaba. Más cuando yo me eché a reír e hice que las demás mesas nos miraran como si estuviéramos poseídas. Pero bueno, me hizo gracia porque es una duda que tienen muchas mujeres. Sigue leyendo

Diario de la Doctora Miss Love: Soy lesbiana, ¿y ahora?

De los muchos pacientes que tengo, un grupo al que me encanta ayudar es al que sale del armario. Da igual que sean gays o lesbianas, me encanta hacer que estas personas pierdan el miedo de ser como son, que no les importe que los miren o los tachen de una u otra forma porque en realidad no hacen daño a nadie con ello.

Y es que, en ocasiones, y por mucho que se diga, somos hipócritas porque decimos una cosa y pensamos otra, nos ponemos en la piel de ellos y, por detrás, les damos la cuchillada. Pues bien, en mi caso siempre trato de hacer lo correcto.

Uno de los pacientes que tuve, hará un par de años, me caló bastante. Era una chica que acudía por primera vez a mi consulta y me llamó la atención que, quien la acompañaba, era su madre. Al principio pensé que no era nada malo porque la madre habría notado algo, porque quería ayudar a su hija. Pero creo que era la hija la que estaba más perdida que ella.

Y es que, cuando se sentaron en el sillón y les pregunté cuál era el motivo de su visita, la hija no supo decirme nada y la madre se la quedó mirando y solo me respondió: eso mismo. Al principio pensé que era apatía, o algo por el estilo, pero conforme hablaba con ellas y sacaba información me di cuenta de lo que ocurría.

La hija no llegaba a saber que era lesbiana. Ella se sentía atraída por mujeres pero no pensaba que eso fuera algo que debiera sentir, de ahí que se censuraba y, claro, había algo que le faltaba, algo con lo que no se sentía feliz. Comenzó a salir con chicos y, aunque la cosa iba bien, al poco se cansaba de las relaciones.

La madre se había dado cuenta e intentado hablar con ella (en estas situaciones siempre es la familia la que censura, peor no la propia persona) pero no obtuvo buen resultado. De ahí venir a verme.

Y, sinceramente, la pregunta que le hice la dejó muy descolocada: ¿Por qué no te permites ser feliz? Creo que fue la primera vez que me miró directamente a los ojos de todo el tiempo que estuvo dentro. Y en ellos no encontró censura, ni miedo. Solo encontró a una persona que quería ayudarla, que quería que se sintiera bien siendo lo que le gustara ser, y que no pasaba nada por ser atraída por mujeres. Sigue leyendo

Diario de la Doctora Miss Love: Ese desconocido dolor en el momento más incómodo

Hoy os quiero contar algo que me pasó hace algunos años. Es algo personal pero que he vivido también con pacientes y, obviamente, su caso era más difícil.

Veréis, hubo un tiempo en que el sexo para mí no era algo tan habitual en mi vida. Digamos que me tiré varios años sin relaciones sexuales. Y, cuando por fin volvió a dar guerra, en ese sentido, el dolor también llegó.

Me explico. Cuando tienes relaciones sexuales, después de un tiempo sin hacer nada, la zona está más estrecha y eso hace que, a la hora de la penetración, duela. Yo lo sabía, así que el dolor no me vino por sorpresa, sino que intenté manejar la situación y predisponer a mi pareja en ese momento para que me diera tiempo y asimilara que necesitaba ir con más cuidado. Pero, ¿y si ocurre cuando una persona empieza a dar rienda suelta a su sexualidad?

Aunque no lo creas, hay mujeres con este problema. Y es tan sencillo de explicar como sentir dolor a la hora de la penetración. Da igual que la pareja lo haga suave, y despacio; o sea un bruto. El dolor se mantiene porque no se hace nada por aliviarlo. De hecho, eso lo único que provoca es que cada vez se tengan menos ganas de sexo. Y menos ganas de querer estar con la pareja porque se sufre con ella.

Por la consulta han pasado mujeres con este problema, algunas desesperadas porque realmente estaban enamoradas y temían perder a sus parejas. Y siempre les he contado mi caso. Porque pueden identificarse, no al cien por cien, pero al menos sí en un cuarenta por ciento.

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Diario de la Doctora Miss Love: ¡Hey, Speedy! No explotes tan rápido

Ay, Dios… En serio. Hay ocasiones en las que una prefiere quedarse en la cama y que el adonis que tiene al lado le haga el desayuno. Pero hoy tenía que ver a uno de mis pacientes y, claro, una se debe a ellos (mentira, me debo a mi dinero que es el que paga mi vida, pero como queda muy mal, mejor lo obviamos).

El caso es que, después de remolonear un poco y disfrutar de las mieles de un buen despertar, en todos los sentidos, lo que menos quería era lidiar con una persona que tenía problemas. Pero si podía solucionarlos, genial. Y claro, fue verme mientras esperaba en la sala y… Bueno, no sé cómo explicarlo de una manera educada, porque lo que se dice educada, educada… Digamos que el pobre hombre, al verme cómo iba, y destilando las feromonas y la satisfacción de estar bien… servida, se encendió. Y este hombre no puede hacer eso, que se me calienta demasiado.

Total, que el pobre tenía cita y tuve que esperar diez minutos a que fuera al baño y arreglara el problema. Mira que los hombres lo tienen difícil; eso de que sean capaces de excitarse en diez segundos y solo con mirar lo va a matar.

Y es que ese es el problema que tiene, que es un eyaculador precoz, mucho, y eso le hace tener una vida sexual prácticamente nula porque no es capaz de controlarse. Sigue leyendo

Diario de la Doctora Miss Love: Cuando una persona tiene miedo al sexo

A mi consulta suelen llegar muchos tipos de personas. Personas con problemas, por supuesto. Aunque a veces tiendo a pensar que los problemas los creamos nosotros mismos. O que nos los crean otros cuando nos educan.

A esa misma conclusión llegué después de tratar a cierto paciente. ¿Quieres que te lo cuente?

Verás, era la primera vez que tenía a esta paciente. Normalmente suelo pedir que hagan un pequeño test previo a la primera sesión para hacerme una idea del tipo de persona con la que voy a hablar, más que nada porque cada persona es un mundo y eso quiere decir que hay que intentar amoldarse.

En este caso, me lo devolvió en blanco, y me extrañó mucho. Pero más cuando la llamé por teléfono y no me lo cogió. Juro que pensaba que, ese día, no iba a venir. Pero cuando llegué al consultorio y vi que estaba esperándome, y que era esa persona, me dejó trastocada. Y eso que como psicóloga pocas cosas me dejan así.

El caso es que, bueno, ya estaba allí. Como no había querido hacer el test, lo primero que haría sería eso. Y es lo que le puse sobre la mesa. Y por la forma en que lo miró, creo que lo reconoció. Y la cara de pavor dio paso al llanto. Sigue leyendo