Diario de la Doctora Miss Love: Di basta al cáncer

cancerMis queridos Loves, ¿qué tal estáis? La verdad es que cada día me sorprendéis más porque sé que estáis por ahí y, aunque no se comente mucho en el blog (tiene hambre el pobre, está falto de cariño de esas palabras vuestras…) pues sé que por las redes me seguís bastante así que me siento muy feliz de teneros.

Hoy la verdad es que no es un día muy bonito para mí por la fecha que es… Veréis, el 4 de febrero es el día Mundial del cáncer y la verdad es que yo he perdido a una persona en esa fecha así que no es algo por lo que me alegre mucho, de ahí el título de lo que escribo hoy.

Sé que los estudios e investigaciones están cada vez más cerca de dar con una cura para el cáncer, para que no mueran más personas de ningún tipo de cáncer, pero aún falta y a veces me paro a pensar si no sería mejor que todos los países del mundo se unieran y dejaran de crear guerras estúpidas para luchar contra las enfermedades, contra las injusticias y, en definitiva, ser un mundo globalizado donde todos trabajaran para ayudar a todos. Sigue leyendo

Relato erótico: La Vagina Dentada (III Concurso Dolce Love)

ordenador-chicaDespierto con el sabor borboteante de una mezcla líquida en la boca. ¡Mierda!, la habitación está vuelta un desastre, el piso es un mantel de nicotina y, hasta el alma me huele a humo. A mi villano no le importa, porque detrás de su máscara se esconde un hombre sin miseria, un hombre ángel con alas negras que vuela conmigo en un cielo orgásmico. Enciendo otro cigarrillo y lo aspiro como si fuera un mandato divino, uno milenario, mi cuerpo danza en el recuerdo y vuelvo a la noche en que esa bestia pudo atravesar con su sable todas mis esquinas, hizo que mis gemidos se transformaran en gritos ensordecedores, tumbando una por una todas las puertas del mundo, quedando huérfanos de ropa ante las miradas de niños, ancianos y jovencitos que, al presenciar semejante espectáculo no les quedó más remedio que sacarse su linda e inocente polla y sacudirla hasta inundar nuestra cama de una viscosa miel.
Lo conocí a un clic de distancia, igual que a todos, pero este tenía una particularidad. Su rostro olía a sexo, aún a través de la pantalla y en sus ojos se evidenciaba una tristeza de nube. Sigue leyendo