Relato erótico: Martín Hotel (III Concurso Dolce Love)

alfezarAquella imagen permanecía atada a mi memoria, me devolvía al estado de gracia que sentía cuando estabas a mi lado.
Las luces de la ciudad jugaban con las formas de tu cuerpo desnudo, dotando de un falso movimiento a cada pliegue de tu piel. Tú, sentada en el alféizar de la ventana, mirabas distraída a las gentes que sin sueño deambulan perdidos por las calles, sin saber que tus ojos observaban sin prestar atención las sombras oscuras que bajo ellos pasaban. El humo de tu cigarrillo salía de tu boca, como sale el alma del hombre moribundo, lentamente, sin prisa, sabiéndose abandonado al aire que impregnado de olor a sexo, cerveza y madera que combatía con el olor dulzón de tu tabaco. No sé porqué siempre nos veíamos en aquella habitación de aquel viejo motel, que aunque limpio y discreto, distaba mucho del lujoso hotel donde me alojaba cada vez que viajaba a Nueva York. Tu cuerpo jadeaba aún por el esfuerzo de amarnos como nos amábamos, a veces pensaba que moriría de un infarto por aquellas largas sesiones de sexo, delicioso, suave, intenso… brutal. Sigue leyendo

Relato Erótico: El Anuncio

relatoanuncioNo sé qué fue lo que me llevó a visitar aquella página de anuncios de contactos, supongo que simple curiosidad, pero el caso es que leyendo lo la gente ofrecía, uno llamó mi atención. Decía algo así como «¿te gustaría que tu mujer tuviese un amante?, ¿te gustaría ver a tu chica con otro y tú solo mirar? ¿te gustaría provocar situaciones morbosas sabiendo que todo está bajo control. Chico de 41 años, limpio, educado, discreto, no cobro ni pago. Solo por placer».

¿Qué se escondería detrás de un anuncio como ese? Sólo podía saberlo si contestaba y así lo hice. Me dirigí a la dirección de contacto con estas palabras: «yo soy la chica o la mujer de alguien que no sé si querrá verme con otro, pero yo sí quiero, quiero vivir esas situaciones morbosas que ofreces. Si te atreves conmigo a espaldas de mi marido, llámame» y puse mi número de teléfono.   Sigue leyendo

Relato Erótico: En El Probador

relato-en-el-provadorDesde hacía más de medio siglo no se registraba en Europa central una ola de frío tan intensa y en Cracovia estaba siendo especialmente dura con unas temperaturas de unos 30 grados bajo cero aunque esto a Lilka no le impedía andar por su loft, con una potente calefacción y chimenea, en calcetines, braguitas negras y una camiseta blanca de manga corta que le llegaba justo por debajo del ombligo.

Después de estar varias horas delante del ordenador decidió tomarse un descanso. Se fue directa a la cocina y se preparó un chocolate caliente. Camino de vuelta al escritorio se paró en la ventana llena de condensación producida por el frío exterior y el calor de la casa. Limpió con la mano la ventana para poder echar un vistazo al exterior. Pasó su mano por el muslo izquierdo para secársela y sintió un escalofrío que la estremeció e hizo que se apreciaran claramente sus pezones por debajo de la camiseta. Observó sus pechos y soltó una sonrisilla. Al volver a mirar por la ventana lo único que podía ver era un manto blanco de más de un metro de espesor. La calle estaba completamente desierta. Sigue leyendo